martes, 16 de septiembre de 2014

Capítulo 4



-¡Ese es mi hijo!- Grité apoyando a los gemelos en su entrenamiento de fútbol. -¡Vamos Eddie!

Estaba emocionada hasta los pies, los gemelos estaban jugando al fútbol y yo era una mamá orgullosa. Estaba rodeada de hombres que me miraban como un bicho raro. Claro ¿que hace una chica tan joven aquí con sus hijos? ¡A mi no me importaba! Y aun que los gemelos no jugaban muy bien y no marcaban nunca, yo era su fan número 1.

-¡Cállate mamá!- Gritaron los dos. Me senté en las gradas.

-Suele pasar, no te preocupes- Dijo una chica a mi lado.

-¿Tu hijo está aquí?- Pregunté.

-¡No! Es mi hermano.

-Oh, claro, lo siento- Dije avergonzada.

-Está bien- Rió. -Tus hijos son los gemelos?

-Sí- Sonreí.

-¿Como los diferencias? ¡Son idénticos!

-Cuando eran bebés no los podía diferenciar- Me acomodé para poder mirar a la chica. -Así que tenía que recordar la ropa que les había puesto a cada uno para saber quien era quien pero ahora que están más grandes no me cuesta por que... no lo sé- Reí. -Supongo que estoy acostumbrada.

-Siempre he querido tener gemelos- Dijo feliz. No sabe lo que quiere.

-Es muy agotador.

-Me imagino.

-Mamá estamos listos- Los gemelos llegaron a nuestro lado. -¡Hola! Mi nombre es Nickolas.

-Edwart- Se presentaron a la chica ¿Cual era su nombre?

-¡Niños! -Los regañé. -Bromean, él es Eddie y este de aquí es Nick- ¿Por que siempre que conocían a alguien se hacían pasar por el otro? 

[...]

Cuando llegamos a casa los gemelos subieron a bañarse, como siempre después de jugar al fútbol ¡Apestaban! Gemma vendría a casa para poder hablar sobre su vestido, la boda era dentro de dos semanas y tenemos que aprovechar el mayor tiempo posible. Por los gemelos no me preocupo ya que los sábados se duermen temprano y cuando Gemma llegue ellos estarán durmiendo.

Puse galletas en una fuente y leche en los vasos de super héroes, el doctor se enfadó cuando le dije que la seguían tomando con el biberón y me advirtió que si seguían tomando así la leche jamás lo dejarían.

Hoy dormirán los dos en mi habitación, así que no era necesario separar las bandejas. Subí las escaleras con cuidado para que no se me cayeran las cosas.

-Aquí mamá- Gritó Nick con su pijama de Batman.

-¿Mamá puedo quedarme así?- Me giré para ver a Edwart desnudo, negué y seguí caminando a mi habitación, dejé las cosas en la cama y me giré para ver a Edwart con un puchero en la cara.

-Eddie no.

-Ash que amargada- Susurró.

-¡Bien! Quédate así.

-Genial- Dijo tirándose a la cama.

-Bien- Dije acostándome con ellos.

Treinta minutos después los gemelos estaban muertos en la cama y yo me encontraba viendo los chisme de Hollywood en la televisión mientras comía galletas.

El timbre sonó y salí lo más rápido que pude asegurándome de cerrar bien la puerta, bajé las escaleras corriendo y llegué a la puerta. Arreglé mi pelo y la abrí.

-Hola Gemma- Saludé alegre.

-¡____!- Dijo. -Tu casa es muy bonita.

-Bueno... ¿Quieres pasar o pretendes hacer las cosas aquí?- Dije con una sonrisa en la cara.

-Oh claro- Dijo. -¿Vives aquí sola?

-¿De que color el vestido? ¿Blando o crema?- Pregunté desviando el tema.

-Blanco.

Nos sentamos en el sofá que estaba en la sala, Gemma quería algo extravagante y tenerlo listo para dentro de dos semanas sería todo un desafío.

-¡Estaré genial!- Gritó alegre. Edwart parecía un toro durmiendo pero Nick se despertaba por el más mínimo ruido que haya, aunque descarté la idea ya que con el entrenamiento quedan agotados.

-¿Sonó algo arriba?

-No- Dije rápido. Si Nick se despertaba lo mataría.

-Pero estoy segura de que...

-Imposible- Gemma soltó una risita y siguió diciéndome el modelo que tenía en su cabeza.

Treinta minutos más tarde lo único que faltaba eran los accesorios y yo ya estaba agotada. Tosí cuando escuché una puerta cerrarse.

-¿Eso sí lo escuchaste?- Preguntó con los ojos abiertos.

-No- Mierda mierda.

-Pero si yo lo escuche ¿Hay fantasmas en tu casa?

-No que yo sepa- Reí mientras trataba de imaginarme el colgante perfecto.

-Mamá- Una voz ronca se escuchó desde las escaleras. Toqué la pierna de Gemma para que no se moviera. Sus ojos se abrieron más de lo normal, ella sí pensaba que habían fantasmas.

-Subid- Dije girándome.

-Tenemos hambre.

No iban a subir.

-Ella es la de la oficina- Le susurró Nick a Edwart.

-Umh- Pude sentir la sonrisa de Eddie.

-¿Puedo girarme? ¿No hay nada del otro mundo?

-Depende de como lo veas- ¿Como fui tan estúpida de traerla aquí? Claro que algo como esto podía pasar. Cerré los ojos.

-¡Me cago en la puta!- Gritó. Tampoco era para tanto. -¡Jesús!- Me di la vuesta y pude ver a los niños reírse. Para mi no era gracioso. -Oh mi dios- Subió sus manos a su boca y se dejó caer al sofá.

-¿Podéis ir a buscar agua?- Les dije con ganas de matarlos. Aún tenía la opción de darle una pastilla a Gemma para que olvidara todo o golpearla en la cabeza ¿Que estoy diciendo? 

-Puedo esplic-

-¿Te das cuenta de que son los fantasmas de Harry? ¡Por dos!- Exclamó asustada. Reí por su comentario y froté las manos en mis piernas.

-¿Fantasmas? No somos fantasmas- Nick estaba sentado en la pequeña mesa que había allí. -Hola, mi nombre es Nickolas McGuire y tengo nueve años ¿Tue eres Gemma?- Preguntó. Gemma asintió paralizada. -Genial- Murmuró. -Y tu... ¿Que tal tu familia? ¿Mamá te está haciendo el vestido de boda? ¿Hermanos? ¡Eso! ¿Tienes algún hermano con el que pueda ir a ver un partido de fútbol? Por que a mi me encanta el fút-

-¡Nickolas!- Lo regañé. Sabía perfectamente lo que estaba haciendo.

-Yo... No, ¿Él me está hablando?- Me preguntó Gemma. Ella enserio era algo lenta.

-¿A quien más le estaría hablando?- Dijo Edwart mientras le pasaba un vaso con agua. -Yo soy Edwart, pero para ti Eddie- Le sonrió coqueto. ¡Era su tía!

-Edwart, Harry Edwa-

-¿Harry?- Preguntaron los dos a la vez. Maldita sea. Quería que un camión me pasara por encima.

-Sí, él es mi-

-Hermano- Terminó Nick. -¡Lo sabía! Eddie es Harry nuest-

-Ya es suficiente- Los paré. -Buscad algo en la cocina y subid a dormir, es tarde.

-Vale- Dijo Nick con una sonrisa en la cara.

-Un gusto conocerte, tía- Rió Edwart. Gemma cerró los ojos como si estuviera recordando algo.

Esperé a que los gemelos subieran otra vez para poder explicarle todo.

-¿Él me llamó tía?- Asentí. -Joder... ¿Tu terminaste hace nueve años y algunos meses con Harry cierto?- Asentí. -Y Harry siempre me contaba lo mucho que le gustaba hacerlo contigo, es decir, vosotros lo hicisteis muchas veces- Sentí mi cara volverse roja. -Ellos son iguales a Harry y claramente no son los fantasmas que pensé- Reí. -Pero no puede ser- Dejé de hacerlo.

-¿Que cosa?- Murmuré. Ella no estaba dudando ¿no?

-Harry nos dijo hace algunos años que no podía tener hijos, que algo en él no estaba bien o algo así.

-¿Que dices?- Pregunté. Era imposible.

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