sábado, 13 de septiembre de 2014
Capítulo 1
Me cago en la enfermera y en el estúpido doctor que está entre mis piernas en este momento.
¿Como podía doler tanto?
Estaba segura de que me iba a morir. Dios mío que dolor. Cuando empecé con los ejercicios de preparación las entrenadoras decían que dolí y aún más si eran gemelos pero ellos nunca dijeron que dolería tanto.
-¡____ empuja!- Gritó el doctor. Estiraría los brazos y le arrancaría la cabeza si no fuera por que la vida de mis bebés está en peligro.
-Vamos ____, Nickolas o Edwart estará aquí pronto- Habló la enfermera mientras limpiaba las gotas de sudor que caían por mi frente. Miré a mi padre sentado en una silla a dos metros de distancia. ¿Por que a mi madre se le habrá ocurrido ir a ver a la abuela justo ahora? Papá estaba blanco y tenía las manos en su boca, esto no me servía de apoyo.
-¡AAHHHH!- Grité lo más fuerte que pude. La presión que sentía allí abajo no podía ser peor, empujé para tratar de calmar el dolor y me sentía vacía... bueno, un poco. Giré la cabeza para volver a ver a papé, que se encontraba de pie.
-¡Vas bien cariño! Ha salido uno.
¿Que mierda sabía él del dolor que sentía justo ahora? ¡No iba bien! Esto duele demasiado.
-Ese es Edwart- Dije con dificultad.
-Bueno, pues Edwart es un niño muy hermoso.
-Duele- Le murmuré a la enfermera que estaba a mi lado.
-Aumentaré la epidural ¿de acuerdo? Aún falta ____ tienes que estar tranquila.
Un minuto después el efecto de la anestesia se hacía cada vez más presente y yo estaba feliz de la vida.
-¡AAAHHH!- Grité otra vez cuando sentía la presión.
-¡Nickolas ya viene!- Dijo el doctor. Cuando estos niños crezcan les diré todos los días lo mucho que sufría para que ellos pudieran vivir.
Y aquí vamos....
[...]
-¡Edwart!- Grité.
-Estoy aquí mamá deja de gritar- Gritó también recibiendo un golpe de Nick.
-No le grites a mamá.
-¡Puedo hablar como yo quiera!
-Pues a mamá no.
-Sí.
-No.
-Niños basta- Volvía a coger a Edwart de la mano y seguimos caminando. -Habéis estado juntos toda la vida, no os podéis pelear.
-Nueve años no es tanto- Reclamó Edwart fulminado con la mirada a Nick.
-Lo es, Edwart- Venir a ver un partido de fútbol con dos niños de distintos equipos era siempre un desastre.
-¡Toma asiento Nick!- Grité. -No es mi culpa haber tenidos dos hijos de diferentes equipos.
-Es culpa de Nick por no darse cuenta de que Manchester United es mejor que Liverpool.
-¡Sabes que no!
Finalmente, y después de una gran pelea sobre que equipo era el mejor, los dos se sentaron y me puse en medio de los dos. Aún peor.
-Liverpool es mejor, Eddie- Opiné.
-¡Claro que no!
-Te amo mamá- Dijo Nick abrazándome. Si claro...
-Nick suspendió Lengua- Dijo rápido Edwart.
¿Que?
-¡Empezó el partido!- Gritó Nick fulminando con la mirada a Edwart.
Ser mamá de unos gemelos de 9 años no es fácil. Se pelean por todo: El equipo que les gusta, chicas (si, a los nueve años eran muy mujeriegos, al igual que el chico de esperma inteligente), por el mejor videojuego, y más, muchas cosas más. Todo es el doble de difícil si no tienes al padre cerca.
Veinte minutos después quería desaparecer de ese lugar, me dolían los oídos con tanto ruido y no entendía nada del partido.
-¿Vienes con tus hermanos? Mierda, me moriría por una hermana así- Sentía a un hombre hablan en mi oído, despegué la mirada de mi teléfono para poder mirarlo. ¡Era un adolescente!
-Imbécil.
-Eso es aún más caliente- Murmuró, los gemelos estaban concentrados viendo el partido.
-Piérdete.
-Espero que los traigas más seguido, vendría a cada partido por ti, preciosa- Nick se sentó a mi lado.
-Deja de molestar- Le dije al chico finalizando la conversación. -¿Que pasa, cariño?- Le pregunté a Nick.
-Manchester he metido uno.
-Sois unos perdedores- Rió Edwart.
-No me hables así, Edwart.
-Oh vamos, prometiste que vendrías con nosotros y te comportarías como una persona que ama el fútbol.
-No seas imbécil- Dijo Nick.
-!Nickolas!
-Si, lo sé, eso no se le dice a tu hermano- Imitó mi voz y le restó importancia al asunto.
Si uno de los equipos ganaba, sin importar cual, en casa habría una guerra. Por eso cada vez que jugaban to optaba por el empate, por más que me doliera que Liverpool no ganara.
[...]
-Eso fue trampa mamá- Reclamó Edwart en el coche. -No era gol.
-Te duele admitir que no haya ganado Manchester- Contestó Nick buslándose.
-Tampoco Liberpool.
-Tonto.
-¡Basta chicos!
-¿A donde vamos?
-A mi trabajo, hay una persona que quiere que diseñe algo para ella.
-Oh, ¿Estará la hija de Johanna?
-No Edwart.
-¿Y la de Rachel?
-Tampoco Nick. Sois demasiado pequeños para estar con chicas.
-Mamá está celosa- Se burló Nick.
-Sí, claro. ¿Como es eso de que suspendiste Lengua?
-Edwart suspendió Matemáticas.
-¿Que?- Frené el coche de golpe, afortunadamente no había tantas personas por la calle, me di la vuelta para poder velos.
-Lo odio ¿Sabías?- Edwart apuntó a Nick.
-Oh que amoroso eres- Bufó Nick cruzándose de brazos.
-No es un juego, creo que deberíais tener mejores notas ¿No? Después de todo, tenéis todo los que queréis.
-No todo- Reclamó Nick.
-Una serpiente no cuenta Nickolas.
-Per-
-Tampoco querer ir a Japón en barco Edwart. Si no sacáis mejores notas no habrán videojuegos.
-¿Nos vas a castigar?- Preguntó Nick con los ojos abiertos.
-Claro que sí.
-Esto es tu culpa, eres el gemelo tonto- Murmuró Edwart.
-¿Ir a Japón en barco? Por favor, que poca imaginación tienes.
Los dejé con su pelea y volví a conducir. Necesito fuerzas para seguir con esto.
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